El verano es una época del año que muchos esperamos con ilusión, pero también conlleva algunos riesgos para nuestra piel. El sol, el calor, el sudor, el cloro, la sal y otros factores pueden dañar nuestra dermis y provocar problemas como quemaduras, manchas, arrugas, deshidratación, irritación o incluso cáncer de piel.
Para evitar estos efectos negativos, es importante cuidar nuestra piel en verano con una serie de hábitos y precauciones que nos ayuden a protegerla, hidratarla y repararla. Sin embargo, muchas veces cometemos errores que pueden perjudicar nuestra salud cutánea y empeorar su aspecto.
En este artículo te vamos a contar cuáles son los errores más comunes en el cuidado de la piel en verano y cómo evitarlos. Además, te daremos algunos consejos para que tu piel luzca sana, bonita y bronceada durante esta estación.
Error 1: No usar protector solar adecuadamente
El primer y más grave error que podemos cometer con nuestra piel en verano es no usar protector solar adecuadamente. El protector solar es imprescindible para prevenir los daños causados por los rayos ultravioleta (UV) del sol, que pueden provocar quemaduras, envejecimiento prematuro, manchas, alergias y cáncer de piel.
Para usar el protector solar correctamente, debemos seguir estas recomendaciones:
- Elegir un producto que se adapte a nuestro tipo de piel, con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y que proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB.
- Aplicar el protector solar media hora antes de exponernos al sol y renovarlo cada dos horas o después de bañarnos o sudar.
- Extender el producto de forma uniforme por todo el cuerpo, sin olvidar zonas como las orejas, el cuello, el escote, las manos y los pies.
- Usar una cantidad suficiente de producto, equivalente a una cucharada sopera para el rostro y dos para el cuerpo.
- Usar el protector solar todos los días, incluso si está nublado o estamos en la sombra, ya que los rayos UV pueden atravesar las nubes y reflejarse en superficies como el agua, la arena o el cemento.
- No confiar en el bronceado como forma de protección, ya que la melanina que produce nuestra piel solo nos protege parcialmente y no evita los daños a largo plazo.
Error 2: No hidratar la piel suficientemente
Otro error muy frecuente en el cuidado de la piel en verano es no hidratarla suficientemente. La hidratación es fundamental para mantener la piel sana, suave, elástica y luminosa. Sin embargo, en verano nuestra piel pierde más agua por el calor, el sudor, el sol, el cloro y la sal, lo que puede provocar sequedad, tirantez, descamación e irritación.
Para evitar la deshidratación de la piel en verano, debemos seguir estos consejos:
- Beber al menos dos litros de agua al día, preferiblemente fuera de las comidas y evitando las bebidas alcohólicas, azucaradas o con cafeína, que pueden favorecer la pérdida de líquidos.
- Usar una crema hidratante adecuada a nuestro tipo de piel, que contenga ingredientes humectantes, emolientes y oclusivos, que ayuden a retener, aportar y evitar la evaporación del agua en la piel.
- Aplicar la crema hidratante dos veces al día, por la mañana y por la noche, después de limpiar la piel y preferiblemente con la piel húmeda, para favorecer su absorción y penetración.
- Usar productos específicos para el contorno de ojos y los labios, que son zonas más delicadas y propensas a la deshidratación.
- Usar una mascarilla hidratante una o dos veces por semana, que nos aporte un extra de hidratación y nutrición a la piel.

Error 3: No limpiar la piel correctamente
Un tercer error que podemos cometer con nuestra piel en verano es no limpiarla correctamente. La limpieza es el primer paso para cuidar nuestra piel, ya que elimina el exceso de sebo, el sudor, el maquillaje, las células muertas, la suciedad y los restos de protector solar que se acumulan en la superficie de la piel y pueden obstruir los poros, provocando granitos, puntos negros e infecciones.
Para limpiar la piel correctamente en verano, debemos seguir estas pautas:
- Elegir un producto limpiador que se adapte a nuestro tipo de piel, que sea suave, respetuoso con el pH de la piel y que no contenga alcohol, fragancias o colorantes artificiales, que pueden irritar o resecar la piel.
- Limpiar la piel dos veces al día, por la mañana y por la noche, con agua tibia y masajeando el producto con movimientos circulares, sin frotar ni estirar la piel.
- Usar un desmaquillante específico para los ojos y los labios, que elimina el maquillaje más resistente sin dañar estas zonas sensibles.
- Usar un tónico facial después de la limpieza, que nos ayude a equilibrar el pH de la piel, a cerrar los poros y a preparar la piel para los siguientes pasos de la rutina.
- Usar un exfoliante una o dos veces por semana, que nos ayude a eliminar las células muertas y a mejorar la textura y el tono de la piel. El exfoliante debe ser suave y no contener partículas abrasivas que puedan dañar la piel.
Error 4: No reparar la piel después del sol
Un cuarto error que podemos cometer con nuestra piel en verano es no repararla después del sol. El sol, aunque tiene algunos beneficios para nuestra salud, también produce radicales libres que dañan las células de la piel, provocando inflamación, enrojecimiento, pérdida de colágeno y elastina, manchas y arrugas.
Para reparar la piel después del sol, debemos seguir estos consejos:
- Usar un producto after sun, que nos ayude a calmar, hidratar y regenerar la piel después de la exposición solar. El after sun debe contener ingredientes como el aloe vera, la caléndula, la camomila, el pepino o la vitamina E, que tienen propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y cicatrizantes.
- Aplicar el after sun sobre la piel limpia y seca, dando un suave masaje hasta su completa absorción. Podemos guardar el producto en la nevera para potenciar su efecto refrescante y calmante.
- Usar un sérum reparador por la noche, que nos ayude a reparar los daños causados por el sol a nivel celular. El sérum reparador debe contener ingredientes como el ácido hialurónico, el retinol, la vitamina C o el resveratrol, que tienen propiedades hidratantes, regenerantes, iluminadoras y antiedad.
- Aplicar el sérum reparador después de limpiar la piel y antes de la crema hidratante, dando unas ligeras palmaditas con las yemas de los dedos para favorecer su penetración.
Conclusión
Como hemos visto, el cuidado de la piel en verano requiere de una serie de hábitos y precauciones que nos ayuden a protegerla, hidratarla y repararla. Sin embargo, muchas veces cometemos errores que pueden perjudicar nuestra salud cutánea y empeorar su aspecto.
Los errores más comunes en el cuidado de la piel en verano son:
- No usar protector solar adecuadamente.
- No hidratar la piel lo suficiente.
- No limpiar la piel correctamente.
- No reparar la piel después del sol.
Para evitar estos errores, debemos seguir las recomendaciones que te hemos dado en este artículo, que se basan en las evidencias científicas y en las opiniones de los expertos. Así, podremos disfrutar del verano sin poner en riesgo nuestra piel y lucir un bronceado saludable y bonito.